¿CÓMO PASÉ DE SENTIRME ANSIOSA E INCONFORME CON MI CUERPO A ESTAR CÓMODA Y LIBRE EN ÉL?

Hice Polvos Mágicos porque quiero ayudarte a transformar la relación que tienes con tu cuerpo para que estés más cómoda y libre en él. 

Cuando era chica dejaba que todo a mi alrededor influyera en la relación que tenía con mi cuerpo y en cómo me veía. 

Cada comentario reafirmaba mis  miedos de que no estaba bien o no me veía como me debería de ver.

O estaba muy flaca o muy gorda, o tenía esta o aquella forma, algo me sobraba o me faltaba SIEMPRE. 

Mi acercamiento al cuidado y a la belleza a veces era por esos miedos: “que no me vaya a salir celulitis, no me vayan a salir estrías, no vaya a engordar, no me vayan a salir arrugas ni ojeras”

Entonces decidí hacer NADA. No quería hacer nada, no me importaba como me vieran los demás pero no me daba cuenta que tampoco estaba sembrando una buena relación con mi cuerpo, la importante. 

Pero cuando tenía 13 años, mi abuelita me dijo que me pusiera café en las pompas para que no me saliera celulitis. Otro miedo, ahora ¡Me iba a salir celulitis! Aún así, decidí ponerme el café y contarle a mi abuela mi progreso y si llegaba la temida hora en la que me descubriera algún hoyito. Ese miedo empezó a desaparecer y nacieron en su lugar conversaciones con mi abuela sobre la belleza, sobre maquillaje, técnicas, cremas, etc. 

Ahora, no solo disfrutaba el “secreto” de mi abuela, sino que disfrutaba tener mi “tema” con ella. Conecté de una manera tan linda con ella que puse de lado y me olvidé de mi temor a tener celulitis. Disfrutaba y le contaba mi rutina. Compartimos secretos y experimentos, chismes y resultados.  

Cuando cumplí 30, le regalé un sobrante de mi exfoliante a una compañera de trabajo que luchaba contra la celulitis, estrías y sobre todo afectaba en su autoestima, la imagen que tenía de ella misma y la relación que tenía con su cuerpo. 

A las pocas semanas, feliz, me pidió más exfoliante. Igual que a mi, no solo le había dado resultados, sino que disfrutaba cada vez que se ponía el exfoliante en la regadera, oler café, sentir la piel suave e ir viendo poco a poco disminuir su celulitis y estrías. 

Verla feliz y ver resultados en ella y en mí, me inspiró a compartir este exfoliante creando una marca de belleza, enfocada en transformar la relación que tenemos con nuestros cuerpos.

Hoy que mi abuela ya no está, me siento feliz de poder compartir contigo algo que me unió tanto a ella y que ha ayudado a muchas mujeres.  Espero que además de transformar tu piel, Polvos Mágicos sea un espacio para compartir lo que  nos gusta, contarnos historias lindas, crear nuestros propios hábitos y sentirnos cómodas y libres en nuestro cuerpo. 

Te paso en resumen mis tips para empezar a cultivar una relación linda con tu cuerpo. 

• Compartir con otra mujer lo que sientes, piensas y te da miedo.  Reconocer la emoción y entender qué te hace sentir. Habla con alguien acerca de tus miedos y escucha lo que esa mujer puede decirte.  
• Crear una rutina QUE DISFRUTES y actuar en mini. Crea una rutina de prevención o de cuidado a ese problema que quieres atacar. Actúa en mini. Te doy unos ejemplos: 
• Agregar 30 segundos de masaje de pompas cuando te bañas para activar la circulación y reducir la celulitis. 
• Ponerse crema humectante lunes, miércoles y viernes. Escoge los días para que sea más fácil apegarse al hábito
• Elevar los talones mientras me lavo los dientes para ejercitar mis pantorrillas  
• No actuar en base a lo que dicen los demás.  Esta es la más difícil y, obviamente, la que más vale la pena. La única opinión que importa es la tuya. Cuando se trata de tu cuerpo, la que tiene que estar feliz con él, eres TÚ. Nadie más. Explora los miedos que has creado a lo largo de tu vida en relación a tu cuerpo ¿Te das cuenta que todos esos miedos son impuestos por alguien más? ¿Te das cuenta que son opiniones que nos hacemos a partir de lo que otros dicen que es bello o hermoso? 

Está perfecto que queramos mejorar nuestra salud y nuestro aspecto, solo te recomiendo identificar si es por miedo o culpa. Ya que hacerlo y curarlo, nos ayuda a relacionarnos con nuestro cuerpo desde un lugar más amoroso y, creeme, obtendrás mejores resultados en lo que quieras hacer.